LA VICTORIA DE LA OPOSICION (26 Febrero 2014)
La victoria electoral de varios de los candidatos de la oposición en las más importantes ciudades del Ecuador, renueva la esperanza de que el país recupere pronto la democracia secuestrada por el gobierno autoritario de Rafael Correa.
La contundente votación nacional de rechazo a los candidatos oficialistas escogidos personalmente por Correa pareciera señalar que la ciudadanía se hartó de la agresión y degradación moral generada por un sector minoritario de la sociedad, que durante siete años se las amañó para imponer , en base al chantaje y la propaganda, su visión intolerante y antidemocrática de la política a un colectivo mayoritario, multidiverso social y culturalmente.
Rechazo de multiples sectores acumulado durante varios años contra la élite de una nueva burguesía y pequena burguesía lumpen, que lucra del Estado, que se aprovechó del malestar social producto de la falta de educación, pobreza y exclusión, para promover un modelo totalitario, sobre la base de viejas prácticas clientelares, demolición de la fragil institucionalidad democrática, y políticas “civilizatorias” del siglo anterior que atentan contra la dignidad del ser humano.
Rechazo de una parte significativa de la población, incluidos muchos jóvenes, a un modelo económico insostenible de destrucción de la naturaleza, de endeudamiento irresponsable y fomento del consumismo, ejes de la política populista; que después de años de despilfarro demagógico de ingentes recursos petroleros mantiene al país en el subdesarrollo y sin mejorías sustanciales en términos de níveles de educación y productividad. A lo que se añade el repudio a una reforma educativa conservadora y elitista, destinada al fracaso mientras no se considere al conjunto de la sociedad y no se fomente la libertad de expresión, esencial para desarrollar el pensamiento crítico y la creatividad.
Modelo de desarrollo irreal que plantea la profundización del extractivismo y la industrialización a corto plazo como mecanismo para el “progreso”, en un país cuya riqueza radica precisamente en su biodiversidad; al tiempo que en los círculos académicos del mundo desarrollado se discuten las alternativas para sustituir el obsoleto paradigma decimonónico del desarrollo industrial como sinónimo de progreso. Hecho que se torna indispensable para enfrentar los efectos devastadores del cambio climático.
Rechazo finalmente a la política exterior, de alianzas del régimen correísta con otras “dictaduras modernas” y potencias totalitarias “exitosas”; para defender sus intereses de grupo a nivel internacional con el concurso de una “red de amigos” financiados por la “revolución”. Política internacional que averguenza a los ecuatorianos, y que tiene como estrategia principal el ataque contra el Sistema de Derechos Humanos a fin de ejercer la represión sin tener que rendir cuentas cuando el pueblo salga a las calles, como ocurre en Venezuela