QUÉ CULPA TIENE LA ESTACA….
Por Bruno Faidutti Navarrete
Las ciencias económicas con sus teorías y modelos cada día son más exactas. Doctores en economía obtienen su título gracias a sus tesis que aportan mejoras a los modelos económicos existentes, sin desmedro de que aparezcan nuevos modelos que interpreten el comportamiento de variables que afecten el comportamiento económico en una sociedad.
La economía se la puede predecir siempre y cuando tengamos la información a la mano. Sin embargo, alineados o no los astros a favor, las predicciones económicas pueden fallar al no considerarse las reacciones de los actores económicos tales como la de los empresarios y la de los ciudadanos.
Los empresarios conocen su sector económico e interpretan el bienestar o fracaso como experiencia propia, formándose sus propias expectativas a futuro en el momento de invertir o no invertir en su actividad económica. El ciudadano consumidor planifica, e igual que los empresarios, se forma expectativas a futuro dependiendo de sus ingresos, toma vacaciones o invierte en bienestar: nuevo televisor, las “doras”, muebles, una buena cena, una botella de vino, distracciones, etc. Todo esto dentro de una racionalidad que se basa en la experiencia e información que tanto empresarios como consumidores poseemos.
Por tal motivo, encuentro divertido escuchar empresarios de diferentes sectores debatir socialmente diferentes criterios sobre la economía. Entre los que han ganado dinero se podría escuchar argumentos favorables a las directrices económicas del gobierno y entre los que no le favorecen los resultados, podrían decir que las políticas económicas del gobierno no funcionaron. En su agrupación, las expectativas racionales buenas son doblegadas por las expectativas racionales negativas; en ese momento es cuando los resultados económicos resultan impredecibles en el tiempo y es cuando las políticas públicas no funcionan. Por estas razones, en cada modelo económico o aplicación de una medida pública, se consideran las expectativas o reacciones de los actores económicos, caso contrario los resultados son negativos en el simple anuncio de las medidas económicas.
Podemos dar ejemplos al respecto de lo vivido pero tengo la seguridad de que en la vida republicana del Ecuador debe haber habido muchos ejemplos como los siguientes:
Ejemplo 1. Previo al colapso de los bancos en 1999, las autoridades económicas y políticos aliados al gobierno de Jamil Mahuad promocionaron con fuerza el Impuesto a la Circulación de Capitales (ICC) en reemplazo al impuesto a la renta. El ICC grababa el 1% a las transacciones bancarias, el mismo que funcionaba al momento de acreditar o depositar el dinero en cuentas bancarias, al momento del giro de cheques, transferencias o pagos realizados al contado con o sin la intervención de los bancos, los mismos que pasaron a ser agentes de retención obligados de tal impuesto. El simple anuncio de la posible ley estaba creando estragos de retiros de dinero en el sistema financiero nacional, principalmente, cuando públicamente en la promoción de la ley a ser aprobada se decía que: “por fin vamos a saber quién es quién en el país porque se va a grabar hasta las transacciones en bancos offshore”.
En noviembre 30 de 1998, se aprobó la ley del ICC ocasionando que el representante legal del Filanbanco, banco de mayores captaciones de depósitos en offshore, se vea obligado a acudir al Banco Central para renegociar un préstamo de emergencia para cubrir los retiros masivos de los clientes y negociar la entrega del banco, hecho que sucedió el 2 de diciembre de 1998.
Dicha ley fue el detonante de la escalada de retiros en el sistema financiero nacional ya que se violaba el sigilo bancario además de que nadie quería ser grabado con el 1% a sus transacciones bancarias. La prueba de aquello es que al entrar en vigencia el ICC el 2 de enero de 1999, cayeron seis bancos en ese mismo mes hasta que las autoridades decidieron congelar los depósitos del sistema financiero para frenar los retiros en el mes de marzo del mismo año.
Ejemplo 2. Relacionado con la misma crisis económica de fines de los 90s. Las constantes devaluaciones del sucre crearon expectativas negativas en la economía lográndose que el tipo de cambio sea un referente negativo a la actividad económica. Tan negativo fue el mal manejo de las políticas monetarias y cambiarias del Banco Central en los años 90s, que los bancos comenzaron a ofrecer a los clientes como parte de sus servicios, la apertura de cuentas en dólares. Es decir, con la información que poseía la ciudadanía al observar la escalada del tipo de cambio, se veía obligada a transformar sus ahorros de sucres, moneda que perdía poder adquisitivo constantemente con el pasar de los años, a dólares norteamericanos que mantenían su valor en el tiempo. Prueba de ello es que las cuentas bancarias estaban en dólares en un 60%previo a la implementación de la dolarización.
Ejemplo reciente. Las expectativas negativas actuales provienes de las siguientes informaciones que van recogiendo los empresarios:
Primero, el hecho de ubicar el precio del barril de petróleo a $79,7 como referente a los ingresos petroleros del presupuesto general del estado del 2015, a pesar de que desde octubre del 2014 se avizoraba un periodo de precios bajos para el barril de petróleo. Las autoridades económicas minimizaron el tema e interpretaron como que los precios bajos del momento iban a ser pasajeros.
Segundo, la decisión del presidente de rebajar los sueldos del sector público, aparte del efecto económico positivo que pudo haber ocasionado, envió un mensaje negativo a los actores económicos de que la plata se le estaba acabando al Estado.
Tercero, la aplicación de medidas de salvaguardias a productos importados tuvo dos lecturas negativas: la una, la oficial, que la medida era para salvar la dolarización; y la otra, que el gobierno necesitaba recaudar más impuestos afectando al comercio y por ende al consumidor de los bienes estipulados dentro de las salvaguardias.
Y cuarto, las tan publicitadas leyes de la plusvalía y a la herencia. No es cuestión de ponerse de acuerdo en el cálculo impositivo de las dos leyes tal como sugiere el poder ejecutivo, ni que le demuestren a quien afecta o no la aplicación de las mismas, porque en la actualidad y por algún tiempo, todos los actores económicos de la sociedad ya formaron sus propias expectativas sobre el tema y el mensaje es negativo para la actividad económica actual y futura. Recordemos que la inversión en bienes y raíces es una alternativa menos riesgosa para unos, dada nuestra experiencia de hace 16 años, de invertir en propiedades en lugar de ahorrar en un banco; por lo tanto, la mínima intensión impositiva sobre los ahorros de la familia afecta a ricos y a pobres.
A ricos porque pagarían los gravámenes directamente y a los pobres por que les afectaría la falta de empleos en el sector de la construcción. Lo más importante, que a todos nos mata la esperanza de ser ricos.
Tomemos como ejemplo un nuevo proyecto inmobiliario financiado por el 50% de familias que necesitan vivienda y el otro 50% por inversionistas que quieren especular con el tiempo. Dadas las posibilidades de la aprobación de las leyes de plusvalía y herencia, dicho inversionista desistiría de colocar su dinero en el nuevo proyecto inmobiliario -por más que se diga que se afecta en la segunda venta del inmueble- porque éste no quisiera que sus ahorros se afecten a futuro con la aprobación de nuevos impuestos, los mismos que serían calculados con tasas sobre la lectura de variables creadas por burócratas que no tienen idea sobre las intenciones de ahorro del inversionista. Por eso se dice que los proyectos afectan al patrimonio familiar.
Finalmente, si lanzamos la pregunta a cualquier ciudadano del Ecuador, ¿Quieres ser millonario?, encontraremos una respuesta mayoritariamente positiva; entonces, ¿por qué matarles la esperanza al pueblo con leyes que limitan esa posibilidad de ser millonario? Me pregunto, ¿Acaso el eslogan del gobierno es: “que nos quiten todo menos la esperanza”? Si con la aplicación de los impuestos nos están quitando todo, ¿a qué esperanza se refieren? ¿A la de más gasto público? Es decir ceder la facultad única de manejar todos los recursos públicos y privados a las manos del estado ecuatoriano para que éste se encargue de distribuir equitativamente la riqueza. Parecería ser esta la intención del gobierno con su modelo de persecución a los generadores de riqueza.
La falta de inversión extranjera en el país es una realidad que afecta el desarrollo económico, no es un invento de la oposición al gobierno. No hay forma de cambiar las expectativas negativas de los ciudadanos con talleres de “socialización”; por lo tanto, el gobierno requiere del sector bancario nacional e internacional para salir de la crisis presupuestaria, de un ajuste a sus planes de inversión, de no movilidad de sus funcionarios por comisión de servicios, eliminar las salvaguardias arancelarias, desechar los dos proyectos de ley a la plusvalía y herencia y descartar cambios a la constitución. Todo esto con la finalidad de que cambien las expectativas negativas de los ecuatorianos sobre el futuro económico del país, caso contrario qué culpa tiene la estaca…